Las claves de un almacén logístico para alimentos

La gestión de un almacén logístico para alimentos tiene una dinámica específica y de gran velocidad, donde cada operación debe optimizarse al máximo.

Cuando se trata de grandes volúmenes, como ocurre en torno a las operaciones de importación y exportación, la gestión del almacenamiento de alimentos se convierte en todo un desafío.

En los últimos años se ha experimentado altibajos en la comercialización de este tipo de productos, sean en fresco como congelados, y ello requiere de un soporte de parte de ámbitos especializados en la logística para este sector.

La optimización de los procesos logísticos, en particular, en torno a los desplazamientos y almacenamiento de los productos alimenticios, constituye un componente esencial en el desarrollo de los precios.

La reducción de costes de logística, como en casi todos los casos, impactará de lleno en el precio final de los productos, pero en el caso de los alimentos la reducción de costes es significativamente más compleja.

El mantenimiento de la cadena de frío es el eje de todas las operaciones con alimentos, así como la atención a las condiciones de manipulación, la higiene y la seguridad de las instalaciones y medios que intervienen en los procesos.

En tal sentido, la reducción de costes se concentra en aumentar la velocidad y eficiencia de las operaciones.

Ventajas del almacenamiento especializado

El sector alimentario presenta sus propias complejidades en cuanto a manipulación, almacenamiento y transporte, por lo que resulta imprescindible contar con servicios experimentados.

Pero, un almacén con capacidad para gestionar mercancías del sector alimentario, además cumplir con estrictos controles y medidas de seguridad e higiene, debe contar con un sistema de gestión eficiente.

Entre las principales pautas de un sistema optimizado de gestión para el almacenamiento de productos del sector alimentario, pueden destacarse:

  • Configuración del almacén: Las operaciones de almacenamiento se sustentan en un conjunto de divisiones del espacio que refleja la organización física óptima para las operaciones cotidianas.

Sin embargo, cuando se trata del espacio físico de un almacén tercerizado la configuración de los espacios debe cumplir con funciones específicas para operaciones generales como zonas de trabajo, zonas de separación y segmentación según clases de almacenamiento.

Cuando se trata de alimentos, la principal clasificación es la de apartados para secos, refrigerados y congelados.

  • Sistema de control y trazabilidad: Necesariamente se requiere de un sistema informatizado de control para las mercancías, particularmente en cuanto a lotes y fechas de vencimiento.

Los servicios de almacenamiento deben contar con toda la información sobre los productos que se encuentran bajo su gestión, puesto que los productos podrían compartir espacios y el ciclo de vida dentro del almacén deberá registrarse.

  • Metodologías de organización: cuando se trata de alimentos la metodología suele ser FIFO (primero entra-primero sale), aunque también puede utilizarse FEFO (primero vence-primero sale).

Las metodologías varían según los sistemas de abastecimiento, por lo que será prioritario considerar el tipo de servicio de almacenamiento que se requiere, sobre todo cuando se trata de gran volumen.

Cuando se trata del sector alimenticio, el proveedor de servicios logísticos, entre ellos el almacenamiento, debe garantizar la mayor seguridad y confianza.

La experiencia y extensa trayectoria de Consigmar en el sector permite ofrecer las mejores alternativas y asesoramiento para las necesidades de cada negocio y operación.