Peligro en el mar – la pérdida de la tripulación hace saltar la alarma

Observar el horizonte y vislumbrar un barco es una imagen poética. Este retrato, mitad naturaleza y mitad industrialización, ha inspirado a artistas de diversas disciplinas, tales como la literatura, la pintura y el cine. No obstante, pocas veces pensamos en el aislamiento y en los riesgos que implica embarcarse. Para quienes lo ven de afuera es un trabajo más. En cambio, para aquellos que lo viven desde adentro saben que significa un sacrificio que pocos comprenden. Hoy veremos cómo un oficio se transformó de un instante a otro en un adiós para siempre para un marino que se dirigía a Tilbury. Es así como se vive el peligro en el mar.

El marinero que nunca llegó a Tilbury – el peligro en el mar que acecha sin descanso

El principal puerto de Londres es testigo de llegadas y partidas de buques de forma diaria. Sin embargo, en junio de 2019, un barco llegó a sus muelles sin un miembro de la tripulación. El peligro en el mar es ese compañero que cada miembro de la tripulación tiene sin pedirlo.

Cuando Miranda Peters, asistente de capellán de a bordo, y Wojciech, capellán católico de barcos, se dirigían al puerto de Tilbury, Inglaterra, ya sabían que faltaba un miembro de la tripulación.

Minutos antes, la policía le había informado de la desaparición de un marinero en el barco que estaba ya tocando el muelle de Tilbury.

Cuando el marino se dispuso a tomarse unos minutos de descanso para fumar un cigarrillo antes las largas horas de guardia que le esperaban, nadie supo que esa sería la última vez que lo verían.

Casi media hora más tarde desde que lo vieran descansando, el marinero no pudo ser encontrado por ninguna parte. A pesar de que pocos hablan de ello, el peligro en el mar es una presencia constante. Otra de las amenazas a la tripulación consiste en la presencia de los piratas del siglo XXI.

La imprescindible tarea de los capellanes de barcos

El capellán de barcos es un clérigo que se encarga de dar apoyo, tanto a los marinos como a sus familias, a estos trabajadores de mar en los que pocos solemos pensar. Ellos están allí en los momentos de flaqueza, en los que hay algo que celebrar y en los que la realidad barre con la esperanza.

Nadie mejor que un marino para comprender el peligro en el mar y nadie mejor que un capellán para dar apoyo a las familias en casos como el ocurrido el pasado junio en el puerto de Tilbury.

Una vez que Miranda y el capellán se encontraron con la tripulación, percibieron los nervios, la preocupación y el cansancio extremo de los compañeros del marinero desaparecido.

¿Qué le ocurrió al marino rumbo a Tilbury?

Probablemente nunca se sepa. Por consiguiente, Miranda Peters se encuentra cada día más convencida de que la tarea que hace junto al capellán va más allá de desempeñar una función. En casos como estos, apoyar a la familia es un acto humanitario que trasciende los meros formalismos.

Para seguir conociendo acerca de los peligros de a bordo, te invitamos a saber más acerca de los incendios en la sala de máquinas.