14 Jun Combustible marino de los próximos años – GNL
Las grandes compañías se adhieren al Gas Natural Licuado (GNL) como el combustible marino del futuro. Al reducir al mínimo las emisiones de óxidos de azufre y partículas, el transporte marítimo ve en él a la respuesta para surcar los mares son sustentabilidad.
El combustible marino ahora es limpio
El GNL se abre paso a la velocidad en la que los buques peinan los océanos transportando mercaderías. Las razones para que este combustible marino se imponga son cuatro:
- Evita la emisión de partículas al mar
- Evita la emisión de óxido de azufre al mar
- Minimiza la emisión de nitrógeno al aire
- Minimiza la emisión de dióxido de carbono al aire
A los efectos de promover su uso, Shell España creó una alianza con GASNAM. En palabras de Natalia Latorre, presidente de la gasolinera, el GNL es una propuesta de combustible limpio y sostenible, el cual permite ahorrar recursos económicos y preservar el medio ambiente a mismo tiempo. Por esa razón, los buques de un importante tonelaje lo están empezando a usar.
La contaminación por los cruceros no da tregua
De acuerdo a Transport & Environment, las ciudades europeas más afectadas por las emisiones de óxidos de azufre son Palma de Mallorca, Venecia y Barcelona. Durante el 2017, los cruceros que llegaron a los puertos de Mallorca emitieron un nivel de contaminación diez veces mayor al de los vehículos de toda la ciudad.
El GNL es la prueba de que no todos los combustibles fósiles atentan contra la ecología.
Gracias al proceso al que se somete, el gas pasa a estado sólido. Después de ser enfriado a -160º C, el combustible cambia de estado y reduce su volumen. Por otra parte, existen alternativas para reducir el consumo de combustible en buques. Este hecho le otorga más eficacia a la hora de realizar el transporte.
Otras de las características del GNL son:
- Inodoro
- Incoloro
- Inocuo en toxicidad
La reinversión ya es un hecho
Virar de un motor actual a uno que albergue GNL, requiere de una reinversión millonaria. Por consiguiente, dependiendo de la cantidad de buques que vayan a ser sometidos al cambio del sistema de almacenaje de combustible a uno frío, esta podría superar los cincuenta millones de dólares.