¿Conoces la normativa sobre el transporte refrigerado?

¿Conoces la normativa sobre el transporte refrigerado?

Disfrutar hoy, en pleno Madrid, de una merluza al horno depende de muchos factores, siendo uno de los más importantes el transporte refrigerado. Un transporte que permite desplazar productos perecederos desde cualquier parte del país o incluso del mundo, para que cualquier persona pueda disfrutar de manjares exóticos o no propios de su zona.

Este tipo de transporte debe garantizar un mantenimiento de la cadena de frío de cada uno de los alimentos. Sin esto, la calidad del producto puede disminuir hasta el punto de ser nocivo para la salud humana.

Para mantener estas características, el medio de transporte debe tener una serie de características especiales, así como tecnología, protocolos de carga y descarga, así como manipulación. Métodos que se diferencian de otro tipo de transporte y por ello, los hacen ser especiales.

El funcionamiento de camiones para carga refrigerada

A la hora de conseguir que un alimento llegue a su destino en óptimas condiciones, el vehículo debe contar con un sistema de refrigeración propio, que no dependa de fuentes de energía comunes.  Desde compresores a condensadores o evaporadores. Todo lo necesario para mantener una temperatura que puede ir desde los 35 º bajo cero hasta los 22º.

Además de estos requisitos técnicos, un camión para transportar carga refrigerada debe estar aislada de la cabina del conductor, como es lógico y entendible. Además, el interior de la misma debe ser impermeable y hermético y su mercancía en ningún momento podrá estar situada a nivel del suelo.

Adicionalmente a todo esto, el transporte de alimentos refrigerados requiere medidas concretas que permitan un traslado seguro y controlado. Todas estas medidas se recogen en el Acuerdo sobre Transporte Internacional de Mercancías Perecederas y Vehículos Especiales. Un acuerdo firmado en el año 1970 en Ginebra.

Normativa básica

La normativa, aunque ha sufrido cambios para adaptarse a la nueva realidad, tiene el objetivo de asegurar que cualquier tipo de mercancía se transporte de manera óptima con vista a que el consumidor final pueda disfrutar de ella lo más fresca posible.

Los grandes rasgos de esta normativa incluyen:

  1. Cada producto tiene una temperatura propia. La normativa ATP es la encargada de dictaminar el tiempo de normativa. Por ejemplo, la carne se transporta a una temperatura de 7º, los lectores entre 4 y 6º y los productos ultra congelados entre los -10 y los -20º.
  2. Otra característica importante a tener en cuenta se relaciona con los propios vehículos isotérmicos, en este caso son cuatro:

El vehículo isotérmico que cuenta con paredes, techo y puertas aisladas. De esta manera se consigue evitar que la temperatura del exterior se filtre dentro.

El vehículo refrigerado por sí mismo, que se asemeja al isotérmico, pero con una fuente de frío adicional que permite temperaturas bajo cero. En cualquier caso, este tipo de vehículos suelen operar dentro del mismo país.

El vehículo calor físico es como el isotérmico, pero con una fuente de calor adicional. ¿Qué consigue esta fuente? Mantener una temperatura constante. Es decir, que la temperatura no baje de los 12 º.

Por último, el vehículo frigorífico es como el isotérmico, solo que en este caso tiene adicionalmente un dispositivo de frío que permite bajar la temperatura a bajo cero.

¿Cómo transportar una carga refrigerada?

Transportando la carga en condiciones estables se consigue una temperatura determinada. Así, la presencia de patógenos que pueda estropear el contenido se minimiza. Siguiendo estos consejos básicos, se ayudará a mantener la temperatura:

  1. No se debe transportar productos que necesiten diferentes temperaturas en un mismo vehículo. Ese descontrol de temperatura puede hacer que los productos se vean afectados. Por ejemplo, una carga de fruta o verdura no requiere la misma temperatura de conservación que la carne o el pescado.
  2. Evitar aperturas de la caja de carga innecesarias. Durante la apertura de la caja puede haber contrastes de temperatura que dañen el contenido y a su vez, propicia la entrada de patógenos en su interior. Por eso mismo, lo aconsejable es que la caja de carga únicamente se abra en dos ocasiones: para meterla y para sacarla una vez llegados al punto de destino.
  3. Se recomienda verificar que el camión o vehículo especial se encuentre en buen estado. En concreto, el sistema de refrigeración y el propio aislamiento de la caja. Para ello propiamente existen revisiones periódicas que, a la larga, evitan una gran pérdida de dinero y tiempo.
  4. Es importante que el vehículo tenga instrumentos de medición de temperatura ubicada en la cabina del conductor para asegurar el bienestar de la carga en todo momento.
  5. Antes de transportar la mercancía, acondiciona el vehículo a la temperatura acorde durante su traslado. De esta manera se evitarán “malentendidos” una vez en el destino. Esto incluye pre-enfriar el cambio y evitar cambios de temperatura demasiado bruscos que puedan dañar la carga.
  6. El sentido común, unido a los adelantos tecnológicos de estos camiones, suele ser, de cualquier modo, el mejor de los consejos a seguir.

En Consigmar Celsius somos conscientes de la responsabilidad de transportar alimentos perdidos, por eso cumplimos con la normativa fijada y garantizamos que nuestros camiones se encuentren en óptimas condiciones para ello.